En ocasiones, la vida no da segundas
oportunidades.
Hay que bastarse con un solo intento,
y si este falla, no hay vuelta atrás. Y hay veces en que un solo error puede
arruinarlo todo, un despiste, un paso en falso, y luego, el vacío.
Dicen que cuando algo no se logra, es
porque algo mejor te está esperando. Menudo consuelo de tontos, pero como gran
tonta que soy, lo quiero creer.
Perdí mi oportunidad, la dejé ir, se
me escapó de las manos, o mejor dicho, deje que lo hiciera. Es como hacer una
larga cola para obtener eso que ansiamos desesperadamente, y cuando al fin es
tu turno, te cierran la puerta en las narices. Si hubiésemos llegado un lugar
antes, todo habría cambiado. Es así, como una minima cosa, puede cambiar todo
tu destino. De los errores se aprende, escuche varias veces. Pero hay errores que
no nos sirven para aprender, solo para regodearnos en la cara lo que ya sabíamos,
y en ese momento, en un pequeño lapsus, lo olvidamos.
Es así. En esta vida siempre hay dos
opciones. Lograrlo, o no. En eso se basan la mayoría de las cosas. La vida nos
pone a prueba constantemente y a veces pasamos, otras fallamos. A veces los
resultados de estas pruebas poco significan, pero otras veces son muchísimo. Es
este caso no lo logre, pero no me voy a rendir, y si bien no hay mas chances
para esta ocasión, es simplemente una razón más para volver a intentarlo en
otro momento.
Soy una loca, que encontré en esta
disciplina que el participar es lo mas importante, pero el llegar detrás de mi
otro competidor me da otra razón mas para seguir entrenando mas duro.
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